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Nyx. una bici laboratorio.


Se propone construir una bicicleta con capacidad de transformar el andar y la energía cinética producida en obra sonora a partir de la captura de colores, luces y sombras urbanas mediante el uso de un sintetizadores y sensores. La bicicleta deviene instrumento. La ciudad en obra.

NyXzine I

Pedaludico. Marco Conceptual del proyecto.


El proyecto explora las especificidades y materialidades del acto de pedalear como un gesto expresivo integral. La bicicleta, con su sencillez mecánica se convierte en un dispositivo multiescalar: una máquina de desplazamiento, un generador de energía, un instrumento sonoro, un trazo móvil que dibuja sobre el espacio urbano. El pedaleo, por su parte, es una acción corporal que produce ritmo, cadencia, aceleraciones y pausas: es coreografía, composición y deriva a la vez.
En Pedalúdico, cada recorrido es una oportunidad para experimentar con estas materialidades híbridas: el roce de la cubierta la vibración del cuadro, el crujido de los cambios, la resistencia del viento, el peso del cuerpo, la respuesta del terreno, el eco de la ciudad, el entrelazamiento con otrxs ciclistas. La bici es, entonces, un soporte que traduce fuerzas invisibles, y el pedaleo es un modo de hacerlas audibles, visibles o sensibles.
Desde este marco, el ensamble bicicleta-persona se transforma en un laboratorio móvil. Allí se exploran posibilidades para producir cartografías sensibles; componer con el espacio sonoro y lumínico de la ciudad; desarmar los usos funcionales de la bicicleta para proponer otros modos de transitar, de escuchar y de habitar lo urbano; tensar la relación entre tecnología, cuerpo y territorio mediante la creación de dispositivos abiertos, hackeados, reciclados o reinventados. (1397)

Nyx: la precursora.


Nyx fue la primera bicicleta sonora desarrollada en el marco de Pedalúdico y sintetiza, en su materialidad y su poética, todas las búsquedas que dieron origen al proyecto. Nació del reciclaje y transformación de una antigua bicicleta de reparto, pesada y robusta, a la que se le devolvió el movimiento y se la cargó de nuevos sentidos: una gran máquina de exploración sonora.

Nyx encarna el cruce entre lo residual y lo tecnológico, entre lo artesanal y lo experimental. Sobre su cuadro restaurado se montaron artilugios mecánicos rotatorios y nuevas conexiones cíclicas, dispositivos de síntesis sonora, sensores, sistemas de modulación por control de voltaje, y estructuras lumínicas construidas con materiales recuperados. Cada uno de estos elementos no fue añadido solo como tecnología, sino como parte de un lenguaje expresivo para dialogar con el territorio y el contexto.

Como su nombre lo indica, Nyx —en alusión a la diosa de la noche— es la madre de todo el linaje de bicicletas que integran el actual ensamble. Fue concebida como una suerte de laboratorio móvil: la máquina que reúne y prueba los desarrollos técnicos, las posibilidades performáticas, los modos de relación con la ciudad .

Nyx funciona como núcleo generador y modulador. Su robustez le permite sostener y distribuir los sistemas sonoros; su historia y materialidad la convierten en un símbolo del espíritu de Pedalúdico: lo que estaba al margen (la vieja bici de reparto, la tecnología obsoleta) se transforma en vehículo de creación y sentido. En definitiva, Nyx no es solo un objeto técnico: es un personaje, un relato en movimiento, una memoria viva que guía las derivas de este proyecto. (1675)

El Universo de las Bicicletas Umbrasónicas


Nyx, la bicicleta madre, es mucho más que un vehículo o un laboratorio técnico: es una deidad nocturna que encarna el misterio, la oscuridad y la potencia del momento crepúscular. En ella converge la mitología ancestral y la experimentación sonora, funcionando como matriz y origen de un complejo ecosistema tecnologico-sonoro que llamamos la Umbrazonia.

La Umbrazonia no es solo un territorio físico, sino un espacio de transición entre las energias invisibles, frecuencias de luz y la sombra, donde el sonido y el espacio se entrelazan en un juego mutable. Desde esta matriz nace la descendencia de Nyx: seis bicicletas umbrasonicas, hijas que a la vez son entidades autónomas y nodos dentro de una horda sonora modular.

El proceso de creación de estas bicicletas fue largo y complejo, combinando ingeniería, electrónica modular, diseño experimental y reflexión estética. Cada bici encarna un carácter particular, una función sonora y una personalidad definida, pero nunca son totalmente independientes, ya que forman parte de un organismo mayor. (1046)

La Horda Umbrasonica


La horda umbrasonica es el ensamble sonoro y performático formado por Nyx y su descendencia. Este conjunto de bicicletas opera bajo un sistema de modulaciones cruzadas y relaciones mutuas, donde la interacción no solo es técnica sino también poética.

Cada bicicleta aporta un universo sonoro propio, pero a su vez modula y es modulada por las demás. Esta red de afectaciones mutuas crea un paisaje sonoro en constante transformación, una orquesta móvil que explora los límites del sonido, la luz y el movimiento en el espacio urbano.

Este ensamble plantea una forma de entender la performance sonora: no como suma de elementos separados, sino como organismo vivo y complejo, con una dramaturgia interna y una capacidad de adaptación a diferentes entornos.

El mito que sustenta la horda se inspira en las figuras de la noche y sus divinidades: las Hespérides, Hybris, Hipnos, Momus, Némesis, Éter, entre otras, cada una con un rol simbólico y funcional que se traduce en el diseño y la tecnología de cada bicicleta. (1011)

Sintesis de cada bicicleta. La descendencia de Nyx


HESPERIDES (Lead Synth): Bici sintetizador analógico modular, es la voz principal que marca el carácter melódico del conjunto. Inspirada en las ninfas de la mitología, sus sonidos se basan en osciladores y envolventes clásicos, modulados por sensores que reaccionan a la luz y el movimiento.

HYBRIS (Bass Suboscillator): Bicicleta que genera las frecuencias más oscuras y profundas. Encarnación de la desmesura y la fuerza instintiva, su sonido Drone es la base armónica que resuena y se adapta según la proximidad de otras bicicletas.

HIPNOS (Rhythm): Sistema de percusión electrónica híbrida que utiliza la cadencia y el giro de la rueda para disparar sonidos percusivos electrónicos modulados por distancia a otros objetos y luminosidad ambiente.

MOMUS (Sampler, Pitch Modulation): Bici equipada con módulos de sampler y circuit bending que transforman sonidos copiados de la realidad con sarcasmo e ironía, controlando el pitch mediante variaciones lumínicas y de proximidad con otras bicis.

NEMESIS (Bike Sounds): Amplificación de sonidos mecánicos propios de la bicicleta —golpes, rozamientos, resonancias metálicas— que se transforman en sonido performático, evocando una justicia poética sonora del alma metalico de la propia bicicleta.

ETER (Invisible Waves): Explora y traduce campos electromagnéticos invisibles para el oído humano en señales sonoras, capturando interferencias, radios y otras frecuencias que cruzan la ciudad, procesandolas y ofreciendo collages de esa información que fluye entre nosotros.

LES LAMPADES (Light Activation): Bicicleta Tandem que activa y registra las modulaciones lumínicas generadas por las otras bicicletas. Funciona como un amplificador y disparador visual, modulando la atmósfera lumínica del ensamble y aportando una dimensión espacial al paisaje sonoro, agita y dirige atencion e intensidad teatral al conjunto.

APATE (Record and Projection): Bicicleta híbrida que registra imagenes en movimiento sincronizado con la rotación de la rueda, proyectando resultados en tiempo real. Su función es captar y transformar visualmente el entorno y la dinámica del ensamble, modulando así la percepción audiovisual colectiva. (2160)

La performance: la horda en acción


Las umbrasonicas no son solo instrumentos estáticos sino cuerpos en movimiento, juntas forman un organismo móvil que se desplaza en el espacio urbano durante las pedaleadas al ocaso. Cada salida es una expedición sonora que busca los matices lumínicos y acústicos de la ciudad, transformando la experiencia del territorio. Esta performance es una improvisación espacial colectiva donde la interacción entre bicicletas genera un paisaje sonoro siempre cambiante, un diálogo entre luz, sombra, movimiento y sonido. La ciudad se convierte en escenario, mientras la horda explora y activa espacios públicos en una búsqueda constante de lo umbrío, intersticial y lo invisible. (670)

Problematizaciones proyectuales


Contexto urbano, luz y experiencia. El territorio urbano en el que se despliegan las bicicletas umbrasonicas está atravesado por un fuir energético espeso y una cualidad lumínica cada vez más homogénea. Esta uniformidad responde a lógicas eco-politico-administrativas que tienden a unificar y elevar los niveles de iluminación. Esta estandarización no solo borra los matices espaciales de luz y sombra, sino que genera un espacio urbano que tiende a la monotonía perceptiva y sensorial.

La horda sonora, compuesta por bicicletas que modulan y responden a las variaciones lumínicas del entorno, encuentra en esta homogeneidad un desafío expresivo. Cuando la iluminación alcanza niveles máximos y constantes, las capacidades moduladoras de las bicicletas se ven limitadas, perdiendo riqueza y profundidad sonora. En cambio, es en los espacios donde la luz varía —interrupciones generadas por vegetación, infraestructuras o desperfectos— donde la horda despliega su mejor versión, aprovechando la heterogeneidad lumínica para activar sus modulaciones y generar paisajes sonoros dinámicos y complejos. Estas heterogeneidades motiva el cambio, la deriva y busqueda de “pasajes”, en una ciudad cada vez mas segmentada espacialmente y con más espacios públicos como parques plazas cerrados por las noches. Por este motivo, la exploración se realiza en noches de luna nueva y durante las puestas de sol, momentos en que la luz natural disminuye o presenta gradientes que amplifican las posibilidades expresivas del ensamble. La elección de estos momentos temporales y la selección de puntos de inicio variables propician la exploración de nuevos y diversos sitios dentro de una CIudad aparentemente conocida. (1700)

Experiencia y performer. Formar parte del ensamble umbrasonico es una experiencia que trasciende la acción mecánica de pedalear. Es componer en una relación compleja y simbiótica con la bicicleta, el espacio urbano y el resto de la horda. El performer no solo conduce una máquina, sino que se convierte en una extensión de ella, como un centauro moderno, una fusión de cuerpo y tecnología en dialogo con la ciudad. Esta experiencia implica sintonizar con las cualidades lumínicas, sonoras y espaciales del entorno, adaptándose a las condiciones variables de la noche, el paisaje y el flujo urbano, Se pretende buscar, sensores mediante, sitios de energias resonantes, que aunque ocultas puedan ser evidenciadas con movimientos y aproximaciones a fuentes o pasajes donde encuentran canales de flujo. A esto se suma la interacción dinámica y cercana con los demás performers, mediada por la tecnología integrada en cada bici: sensores ultrasónicos, radiofrecuencias y de luminosidad que permiten que las bicicletas se modulen mutuamente y ajusten su expresión sonora de forma colectiva. (1084)

La composición que emerge no es solo sonora, sino multidimensional: persona, máquina, espacio y comunidad se integran en un entramado complejo que remite a las "cinco pieles" de Hudertwasser, donde confluyen factores tan diversos como la humedad corporal, el ritmo cardíaco, las luces ambientales y la inclinación del terreno, la orientación magnética, la ciudad....Cada pedalada se convierte así en un gesto irrepetible, una intervención viva y situada que produce una obra sonora única, donde el cuerpo y la tecnología se funden para explorar las posibilidades expresivas de la ciudad nocturna. (596)

Referencias conceptuales y artísticas: la noche, la horda y las deidades. La noche como escenario: es en la penumbra donde las bicicletas adquieren todo su potencial expresivo. Las tecnologías desarrolladas en cada una —especialmente en Nyx, la bicicleta madre y laboratorio— están pensadas para responder y modularse según las variaciones de luz, mediante sistemas de control por voltaje (CV). Las alteraciones de los timbres, filtros, volúmenes y texturas sonoros dependen, en gran medida, de estas modulaciones lumínicas. La oscuridad, lejos de ser un obstáculo, expande el campo de posibilidades sonoras y performáticas. La elección de las noches sin luna, los crepúsculos, o los momentos en que la ciudad entra en el cenit de la penumbra, tiene un sentido tanto técnico como poético. La homogeneización lumínica del espacio urbano contemporáneo —con la desaparición de las lámparas de sodio, el dominio de los LED y la excesiva iluminación por seguridad pública— tiende a borrar las sutilezas de la noche. La horda sonora busca precisamente esas zonas de variación, de heterogeneidad luminosa, para desplegar su mayor riqueza: reflejos inesperados, luces discontinuas, destellos de sirenas, sombras proyectadas.

En este marco, la adopción de la cosmogonía griega funciona como una matriz que nos permite construir una “familia” de desarrollos técnico-expresivos. Nyx, la diosa de la noche, es madre de esta progenie de bicicletas deidades, que componen un linaje simbólico y sonoro: las Hespérides (brillo y ocaso), Hybris (desmesura), Hipnos (ritmo y trance), Momo (burla y agudeza), Nemesis (justicia sonora de lo material), Éter (exploradora de lo invisible), Lampades (portadoras de luz y guía) y Apate (engaño y desvío de la mirada). Esta mitología elegida es una forma de dar sentido y cohesión a un proceso de creación que, si bien profundamente técnico, es también poético y performático.

La horda es, entonces, un organismo colectivo en el que se funden lo humano, lo tecnológico y lo mitológico, para dar forma a una experiencia sonora única y situada. (2065)

Perspectivas futuras y posibilidades de desarrollo. El ensamble umbrasonico, como organismo vivo y en constante mutación, se proyecta hacia nuevos horizontes tanto técnicos como poéticos. La experiencia acumulada en cada intervención, el diálogo con el territorio y los aprendizajes en torno a las tecnologías desarrolladas (de síntesis sonora, sensado, modulación y captura del entorno) abren caminos para futuras transformaciones. Uno de los desarrollos actuales en curso es Éter, la bicicleta dedicada a la exploración de ondas invisibles: campos electromagnéticos, emisiones radiales, vibraciones imperceptibles que atraviesan la ciudad y que requieren de traductores específicos para sonra , otros para transformar y tretransmitir en señal audible profundizando la relación con lo invisible y lo residual.

Las futuras versiones del proyecto podrían incorporar tecnologías emergentes (como redes de comunicación entre bicicletas en tiempo real, algoritmos de modulación colaborativa o interfaces bioeléctricas) sin perder el carácter artesanal y poético que define el corazón de la horda: una familia de máquinas sensibles, destinadas a revelar la noche y sus secretos. (1172)

La horda umbrasonica: deriva tecnológica y poética de lo residual. Las bicicletas umbrasonicas en forma de ensamble se inscriben en una genealogía de prácticas críticas que tensan las relaciones entre tecnología, espacio urbano y modos de habitar. Retomando y actualizando el espíritu de la deriva situacionista y el détournement, sus trayectos ciclistas desvían los recorridos funcionales prescritos por el capital, al tiempo que descarrilan el uso convencional de los dispositivos técnicos y de los códigos normativos del espacio público.

En lugar de perseguir la eficiencia o el rendimiento, estas máquinas híbridas se construyen como tecnologías bastardas y desobedientes: bicicletas, sensores, luces, juguetes intervenidos, lámparas recicladas y dispositivos pseudo-obsoletos ensamblados a partir de los residuos del circuito de consumo. Este hackeo material no es solo estético o lúdico: es un acto de resistencia frente al modelo tecnológico que impone la obsolescencia programada, el consumo rápido y la conveniencia de “lo ultimo” como valores supremos.

En definitiva, las umbrasonoras constituyen un ensamble de desvíos: desvío de tecnologías de su función original, desvío de los cuerpos de sus trayectorias prescritas, desvío de los espacios de su uso normado. En el cruce entre lo residual, lo reciclado y lo desviado, la horda compone una poética política de la noche, imaginando otros territorios y otros futuros posibles. (1435)

La música umbrasonica: un acto, no un objeto. Las umbrasonicas no buscan producir una música para ser fijada, reproducida o archivada. Su sonido es un acontecimiento vivo, efímero, irrepetible: una composición situada que emerge del cruce entre máquina, cuerpo, otres y territorio. Cada recorrido es único porque lo son la noche, el barrio, la luz, el viento, los reflejos, el ritmo del pedaleo, las sirenas lejanas, el ladrido de un perro, la textura de la calle.

Crear música con bicicletas no es simplemente transformar un vehículo en instrumento. Es hacer del andar un acto compositivo, un juego creatvo. Es habitar el espacio urbano desde el sonido y la escucha, desmontando la lógica del producto musical como bien de consumo, desafiando la necesidad de fijar, grabar y almacenar. En ese sentido, la horda compone para el presente: para quienes se cruzan con el recorrido, para el territorio que la envuelve, para la memoria de los cuerpos que la integran.

La pregunta "¿para quién creamos si no grabamos?" abre una grieta. La horda crea para la noche misma, para el instante compartido, para la posibilidad de imaginar juntos otros modos de habitar la ciudad. Lo sonoro no queda en el archivo: queda en el eco de las calles, en el relato que se transmite, en el dibujo, en la cartografía, en la transformación que cada participante se lleva consigo.

Renunciar al registro no significa renunciar a la comunicación. Significa aceptar que lo que se produce es inseparable de su contexto, y que intentar fijarlo sería traicionar su naturaleza. La horda se escucha mientras sucede; su música es un modo de estar en el mundo, no un producto para coleccionar.

Por eso, más que grabar, la horda deja huellas: mapas del recorrido, partituras gráficas del sonido andado, relatos, testimonios, tecnologías, ecos que alimentan nuevas derivas. La potencia está en el presente que se comparte, no en el objeto que se conserva.

La Tecnica de Nyx


NYX es la primera y principal máquina desarrollada del actual hipotetico ensamble sonoro, la precursora que condensa en su estructura las búsquedas técnicas, expresivas y poéticas del proyecto. Por eso la llamamos Laboratorio. Este prototipo experimental esta construido sobre la base de una antigua bicicleta de reparto reciclada. Materializada a partir del re uso de tecnologías en proceso de obsolescencia, materiales y bici partes recuperadas y exploración sonora del territorio.

NYX fue concebida como un dispositivo de traducción: convierte variables invisibles del entorno (luz, distancia, densidad) en materia sonora. La bicicleta no es solo un vehículo: es una máquina de percepción y expresión.
El carácter de NYX es profundamente situado: su música no existe sin el espacio y el tiempo que la producen.

Especificaciones

El cuadro original de NYX es de acero, proveniente de una vieja bicicleta de reparto de gran porte, adaptado para soportar la integracion de los dispositivos tanto mecánicos como electrónicos.

Fuente de energía:

Dinamo

Bobineta

Bateria:batería sellada de ciclo profundo

Celdas fotovoltaica, es un dispositivo electrónico que convierte la luz solar directamente en electricidad mediante el efecto fotoeléctrico

Sistema de sensado:

Sensores de luminosidad: montados en puntos estratégicos de la bicicleta para captar variaciones de luz ambiente y atenuar señales de control (CV) para los módulos sonoros.

Sensores ultrasónicos: utilizados para medir distancias respecto de objetos cercanos, permitiendo modulación por proximidad.

Generacion de sonidos:

Módulo de síntesis sonora: sintetizador modular DIY (construcción casera), basado en circuitos analógicos y controlado por voltaje. Incluye generadores de onda, filtros y moduladores.

Sistema de mezcla y amplificacion:

Funcionamiento del Sistema.

NyXcimetro. NYX está dotada de un sistema de síntesis controlada por el entorno:

Entrada de CV desde sensores de luz: los cambios de luz modulan parámetros como frecuencia, corte de filtro, intensidad de osciladores y velocidad de LFOs.

Interacción entre módulos: los sensores ultrasónicos pueden activar eventos o alterar modulaciones en tiempo real según la distancia a obstáculos.

Sonido amplificado: los parlantes integrados proyectan el sonido de forma directa al espacio urbano, permitiendo que NYX funcione como generador de paisajes sonoros ambulantes.



Anexos y vínculos de referencias

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