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Entrevista con Sol, musicoterapeuta


¿Qué es la musicoterapia?

Es una pregunta que en general hacen muchas personas, dado que es una disciplina que es conocida, pero en ciertos ámbitos. Más popularmente se conoce la psicología, otras disciplinas que también tienen objetos de estudio parecidos a la musicoterapia. Y la musicoterapia es una disciplina de la salud que ejercen los y las Licenciados en musicoterapia, acá en la Argentina es una carrera que se estudia en el ámbito universitario, como es la UBA, la Universidad de El Salvador, entre otras. Gracias a la gestión de otras generaciones de musicoterapeutas, hoy en día contamos con la ley de ejercicio profesional que regula nuestra práctica, tenemos matrícula nacional-provincial que nos permite ejercer en el territorio nacional. Y en cuanto al campo de aplicación, realmente es muy amplio, porque la experiencia musical está desde un principio, como un prenatal, hasta cuidados intensivos, cuidados paliativos, últimas instancias de la vida... Así es que también el ámbito de salud, ámbito educativo, grupos, atención individual, profesional, hay diferentes formatos de abordaje musicoterapeutico. Lo que tiene en común es que siempre es la musicalidad del paciente o del grupo paciente que se va a poner en el juego.

Está bueno esto que mencionas de cómo fue ganando terreno la musicoterapia. O sea, en una etapa previa ¿en qué estado estaba?

Hay disciplinas afines que aún no tienen una ley de ejercicio profesional, lo cual hace que estén aún más precarizados por el hecho de que no pueden insertarse actualmente en un plan médico oficial. Entonces, los pacientes lo necesitan, pero no pueden recibir una cobertura de una prepaga o de una obra social. Entonces, el acceso queda en el ámbito privado, lo que no garantiza el acceso. En cambio, en musicoterapia, sí, tenés acceso público. Y todo esto es por la gestión de colegas que también investigan y le dan un sustento teórico a la práctica y explican el para qué y defienden las incumbencias. O sea, en general te preguntan, ¿y vos qué haces? ¿para qué lo haces? Entonces, poder responder esos interrogantes con evidencia sustentando la práctica. Eso realmente fue un logro de la comunidad musicoterapéutica, con asambleas y hoy en día continúan asistiendo a las jornadas y marchas.

¿Cómo es que se dio ese salto para que se instaure en el campo de lo institucional?

Sí, fue gestión de asambleas de musicoterapeutas que veían la urgencia de que tengamos una matrícula, de que tengamos una práctica regulada. Porque, al ser la música algo de acceso común…¿Qué es musicoterapia? ¿Quién ejerce la musicoterapia? Como también, los alcances de la musicoterapia, ¿para quién? Entonces, era necesario establecer una organización, regular la práctica. Lo afrontaron, se organizaron en asambleas, salió adelante todo un movimiento que nos posiciona mucho mejor hoy en día... Igualmente el sistema de salud, lamentablemente, está en emergencia, e igualmente el área de discapacidad, que es un área donde la musicoterapia se inserta a pleno. Ahora salió la ley de ejercicio después de un montón de organización.

¿Y a vos qué te motivó, o qué fue lo que te llevó a estudiar musicoterapia en particular, esa rama de la salud?

La verdad que yo desconocía la musicoterapia hasta haber entrado en el ciclo básico de psicología. Después de hacer materias como semiología y psicología, entendí que iba a tener herramientas para intentar aliviar el padecimiento subjetivo, y el método iba a ser la palabra. Bueno, dentro de psicología y lo que es la línea del psicoanálisis que están muy presentes en la UBA, iba a ser la asociación libre la herramienta. Y bueno, yo encontraba en la palabra algo muy estructurado, convencionado, y me encantaba en ese momento tanto como ahora la poesía, y también el lenguaje del cuerpo, y otros lenguajes y otras herramientas que yo confiaba plenamente que iban a poder hacer la transformación, el cambio, como son las experiencias corporales, sonoras musicales, y así en un intercambio me enteré que estaba musicoterapia, era una materia más.

¿Dentro de la carrera era una materia más?

Dentro del CBC, que era para psicología, eran seis materias e iniciación musical, que se cursaban los sábados a la mañana en Avellaneda. Así es que mi camino se bifurcó por ahí. Había existencialismo, preguntas por la conciencia humana, vocación de servicio, el amor por el arte y también la música que siempre estuvo conmigo y transformó mi vida de manera muy positiva. Ni hablar en la adolescencia y además cuando tomás la decisión de una carrera, te define todo…y la música me había acompañado muchísimo, así que también por eso decidí seguir con musicoterapia

Me encantó lo de la conciencia, preguntas por la conciencia humana. ¿Cuáles son esas preguntas? ¿Qué pensamos?

Puntualmente, de la conciencia: la singularidad. Yo la verdad que no me lo tatué todavía, pero es algo que me lo tatuaría. Cada persona es realmente un mundo, y estamos todos conectados, formamos una comunidad, más en la singularidad… En esta misma reunión, lo que ves vos no es lo que veo yo. Y estamos juntos, y podemos inferir y comunicarnos, más siempre va a haber algo ahí único en cada persona, que hace la toma de sus decisiones y su posición en el mundo, sus acciones, todo, que lo define.

El otro día hicimos una pregunta acá en la plaza a un transeúnte. Salimos con la grabadora a pescar personas y hacerle preguntas sobre memoria de la escucha, etc… y cada persona nos abrió un mundo que dio vuelta todo. Y uno de esos dice “escuchar es escuchar la música”. Claro. Todo lo otro está en el cuerpo, ¿no?. Por eso me quedó resonando lo que me dijiste antes. Y esto de escuchar música también por una utilidad. Y después la conciencia que también es una cosa subjetiva. “Y lo que más escucho y tengo conciencia es la música. Porque bueno, me pongo a escuchar, bailo, tengo un recuerdo”. Y te quería preguntar eso. ¿Cuál es tu relaciónentre la conciencia, lo subjetivo, la relación con la música? Con el hacer… con lo que es ese campo.

En cuanto al ejercicio clínico, hay algo que determina mucho nuestro hacer como musicoterapeutas, que es el vínculo terapéutico con las personas, que es lo que nos va guiando en nuestro hacer. Y también conocer lo que una autora que se llama Edith Lecourt nombra como el vivenciar sonoro del paciente. Este vivenciar sonoro trae representaciones, imágenes, emociones y sensaciones. Va a depender de cada persona. Entonces, a partir del vínculo terapéutico, uno conoce a quien tiene enfrente y va promoviendo un abordaje adecuado a esa persona. Incluso es mucho más amplio, porque la escucha terapéutica clínica aborda de forma integral a la subjetividad. Entonces, se escucha el cuerpo, se escucha su representación, su historia personal, analiza la red que lo sostiene en lo vincular social, como la forma de comunicarse. Esa escucha integral, terapéutica, favorece que uno pueda promover una escucha adecuada a cada singularidad. En cuanto a la escucha clínica está, por un lado, la escucha del terapeuta (es decir, el que tiene enfrente), que es una escucha integral. A partir de esta escucha integral, uno delimita cuáles son las necesidades de esta población, dónde están las potencialidades, y ahí aparecen los objetivos. En cuanto a lo que es la escucha de los pacientes, va a estar coordinada por el músicoterapeuta. Esto en el ámbito clínico, en el cuadre de la musicoterapia. La escucha va a estar coordinada por el músicoterapeuta, quien favorece y facilita experiencias acorde a los objetivos que tiene.

Estos objetivos se desprenden de ese análisis, de esa escucha integral…

Exacto, sí. En las áreas de comunicación y lenguaje, sensoria motriz, cognitiva, o social vincular.

¿Y cómo es el momento de la auditoría, del análisis, del cuerpo con el que te enfrentás a sanar, a acompañar? ¿Cómo es el diagnóstico? ¿Con qué herramientas contás?

En principio partimos de un lienzo en blanco. Tiene esto artístico también. Es como la justa medida entre lo académico y lo artístico.

Es también lo que trae (el paciente), o sea, vos trabajás con eso...

Claro, voy haciendo una lectura también de la historia personal, que es clave. Lo que tiene la clínica es que trabaja mayormente con diagnósticos. No es como el ámbito preventivo, promocional, sino que ya viene con una cuestión a abordar. Así es que eso ya te va delineando el abordaje. Puntualmente yo, en estos años de práctica clínica, abordé el área de discapacidad, por lo cual, ya sea por cuestiones genéticas o por lesiones adquiridas, nos encontrábamos con emergentes en esas áreas. Entonces, vos lo que recibís es un informe de otras áreas, como puede ser de un neurólogo, de un terapista ocupacional, de un trabajador social, de otro psicólogo, de otro museo terapeuta… Entonces, tenés los informes más el relato del paciente y, bueno, lo fenomenológico que vos observás. Porque mucho de lo que vos observás tiene un sustrato, subyace algo en lo biológico. Como podemos decir: llega un niño que anda pim pum pam, por todos lados, pim pum pam, pim pum pam. Da vuelta, vuelta, vuelta. Y decís “bueno, sí, es súper deambulador”. Ok. ¿Por qué deambula? Porque es una manera de expresarse. Porque quizá no tiene lenguaje y es su manera de estar en el mundo. Deambula porque tiene un procesamiento neurológico diverso, atípico. Entonces ahí vas buscando dónde está el origen de esa conducta, que puede resultar poco adaptativa para el entorno y traerle dificultades. Y decimos “ok, vamos a ver cómo abordar este emergente”. Entonces, conocemos más o menos el origen, vemos lo fenomenológico y ahí proponemos una experiencia musicoterapéutica que acompañe, favorezca, por la neuroplasticidad a nivel biológico, una readaptación. Igualmente, como siempre, es un abordaje integral, uno a nivel teórico hace una división, dice “bueno, yo voy a apuntar a esto”. Pero a la vez que se promueve algo en lo corporal, se promueve algo en la comunicación, algo en el área cognitiva, es un combo. Es completa la experiencia musical.

¿Cuál es el vínculo entre la escucha y el cuerpo en tu práctica?

Claro, justamente se hace una lectura integral. A mí en la práctica clínica me sirvieron mucho los desarrollos teóricos de la musicoterapia neurológica, los cuales nos cuentan queel procesamiento de la música es de algún modo multitask porque implica la activación de múltiples áreas del cerebro, entre las cuales se encuentra el área motriz. Por lo cual gracias al hecho de que se activa se generan nuevas conexiones, hay neuroplasticidad, entonces podemos plantearnos objetivos dentro del área sensorial motriz como son: mejorar la fluencia y la regularidad de la marcha, acompañar el desarrollo de la motricidad gruesa, motricidad fina, coordinación estática y dinámica, incluso aprender movimientos que pueden servir para la vida diaria y diferentes objetivos. Siempre es a partir de experiencias sonoras musicales y no es acotado a lo motriz…de repente una persona que puede enriquecer sus movimientos comienza a utilizar gestos y toma conciencia de su tono muscular, está en un estado de mayor presencia, comienza a jugar con el cuerpo y su vida se va transformando. Interesante cómo un aspecto externo de un objeto puede ser el aspecto interno de otro. Cómo algo que no está o que no está desarrollado sí está en otra cosa desarrollado… y que cumple otra función… En lo que es el abordaje de neurorehabilitación, podés rehabilitar, podés compensar algunas funciones. Tenés que ver en el momento, porque por ejemplo: alguien que no puede expresarse verbalmente necesita otros recursos. Se puede expresar con gestos, puede compartir un juego corporal con un otro y tal vez romper barreras comunicativas que lo aislan y lo tienen en una depresión de años. Siempre es bio-psico-social. Eso es el abordaje integral. Uno hace divisiones teóricas para poder enfocar y también poder entender.

En este proceso que vos abordás, la práctica musical y la práctica de escuchar ¿cómo se van fusionando? ¿Tus pacientes hacen música o vos haces música o hacen música en conjunto? ¿Cómo se va dando eso?

Se utiliza mayormente la improvisación, la composición, la interpretación, la recreación musical y también la escucha en propuestas receptivas. Dentro de esa gama uno va proponiendo. Por ejemplo, tomo un caso que estoy tratando ahora: yo le propongo hacer una escucha receptiva de unas canciones y luego le pregunto el orden para poder trabajar sistemas de atención, sistemas de memoria y que luego en otro contexto pueda utilizar estos sistemas para tener una conversación con otra persona, estar atento a los indicadores del contexto y mejorar sus relaciones. Siempre está la escucha, la interpretación y la composición más los objetivos son no musicales. Pero siempre estamos haciendo música bailando, moviéndonos, es divertido…

¿Soles tener algún tipo de orden o de esquema para plantear las actividades o las tareas que van a desarrollar o eso se adecua de acuerdo al caso que estás tratando?

Me gustan las prácticas sistemáticas, que son las que están orientadas a los resultados. Porque es lo que más me rindió, la realidad es esa. Porque si no es un bicicletear, decir “bueno voy a ver qué hago”. Y el estrés de resolver qué hago y qué propongo. Prefiero delimitar un objetivo, plantear un plazo y empezar a hacer esquemas de propuestas que me vayan guiando el tratamiento y también tomo el emergente de cada paciente. Si el paciente viene re chinchudo, bueno “¿qué pasó? esta es la canción del enojo” y como que va tomando el ritmo el paciente, a full.

¿Hay terapias grupales? ¿Cómo es la experiencia?

Si, te encontrás con la diversidad. Lo que uno va haciendo es pescar emergentes. Muchas veces, en grupos que quizás tienen ya una trayectoria de años juntos, hay emergentes más rígidos, cosas que vienen trayendo de malestares. También enfocarse en potencialidades, como decir “bueno, ok, es un grupo muy sedentario, vamos a tener que usar el cuerpo para vincularlos”. Y aparecen los emergentes del área vincular ahí, latentes. Dependiendo del grupo, la dinámica, lo que vos veas, capaz que al grupo le das una propuesta y aparece la violencia, aparece la ausencia de la escucha. No se escuchan ni a sí mismos ni entre ellos, entonces no podés proponer un abordaje cognitivo, no podés promover que aprendan algo, tenés que abordar lo vincular. La escucha compartida, el orquestar, decir “bueno, vos vas a dirigir la batuta”, que todos vamos a hacer la voluntad de él y él va a procurar conducir esto y entrar en eso, una inmersión sonora que nos conecta y que nos permite generar cohesión grupal, identidad e historia.

¿Cuándo alguien empieza a escuchar(se)?

Hablamos de la escucha y es algo muy amplio. Yo lo tomo como dentro de lo que nosotros veníamos conversando antes. Por ejemplo, antes me hablaban de Pauline Oliveros, que es alguien que promueve la escucha como propuesta en sí misma, como una actividad receptiva. Este tipo de propuestas - nuevamente recaigo en que la respuesta que se genere va a depender de la singularidad del caso - más el hecho de conectarse con la escucha somática, la escucha propioceptiva, desencadena reacciones saludables para las personas. Se genera un bienestar. Es clave poder concentrarse en el cuerpo, lo que es lo propioceptivo, el registro de sí mismo, percibir la temperatura, sentir las texturas de las telas que están sobre nuestros cuerpos. Y si hablamos de ampliar, ahí aparece la escucha y la receptividad. Quien desarrolla sobre esto es Jorge Zahín, que es un psicoterapeuta vibroacústico. Entre los conceptos teóricos que trae está la receptividad. A nivel neurofisiológico lo que sucede es que se desactivan las áreas de la intelectualización cuando se activan las áreas de registro propioceptivo. Entonces toda esa carga mental que tenemos diariamente, que nos posiciona en una novela de “qué pasó, qué va a pasar, y por qué yo esto, y lo otro…” o conceptos acerca de lo que estamos viviendo y demás, se desactiva para habitar el momento en un estado de presencia, de atención plena, para entrar en un estado no ordinario de la conciencia. Así es que el regreso a una escucha regular nos trae un aprendizaje, más maneras de habitar el momento. El encuentro con el otro también cambia.

Está bueno esto que decís sobre que se activa la escucha. Como que es algo fuera de lo ordinario ¿Vos pensás que es posible que no sea así, que sea más como un continuo, estar en la escucha todo el tiempo, habitarla? O esta cuestión de que aumenta nuestra percepción y nuestra receptividad. De repente percibir mucho también puede ser un montón.

Me encanta el plan de vivir en esa. Más, como bien dijiste, puede ser mucho en algún momento. El sistema busca autorregularse. Las respuestas parasimpáticas, simpáticas están ahí siempre equilibrándose. Si uno se propone vivir, necesita respuestas de activación. Todo eso son respuestas simpáticas, que son necesarias para el día a día. Y después vienen las parasimpáticas, que vienen a regular el sistema, a descansarlo, a restaurarlo. Entonces va en el equilibrio de cada persona. Igualmente, también Zain, trae investigaciones sobre qué pasa cuando se hace un entrenamiento de la escucha y de la receptividad. Las personas comienzan a procesar diferente la emoción. Empiezan a procesar diferente la información. Y las decisiones que toman cambian, mejorando su posición y su adaptación al entorno. Es positivo entrenar la escucha y la receptividad también.

¿Podrías contarnos en qué consiste la terapia vibroacústica?

Es una modalidad de abordaje que utiliza como herramientas las ondas vibroacústicas que resuenan en el cuerpo. Pone el estado de receptividad también en la piel y en todos los sentidos. Hay algo que a mí me resulta súper interesante en relación a algo que vos preguntabas sobre lo primero que escuchamos en el día y por ejemplo te contestan “música”. Eso a nivel consciente y representacional. Porque lo primero fue el latido de tu mamá. Y durante nueve meses en un constante, después naciste y te sumergiste en otro ambiente sonoro. Entonces muchas veces volver a esos estados de receptividad, de escuchar el ambiente, puede evocar esos momentos preverbales. Más cuando uno, por ejemplo, se focaliza en estímulos que no tienen una linealidad. Yendo a lo sonoro, es como decir que no hay un centro tonal, no hay una melodía que yo pueda recordar y evocar, entonces se pierde la referencia. Este tipo de contenido propicia una relajación propicia una desvinculación de la racionalización porque ¿qué podés pensar? Ya se va yendo.

¿Cómo se manifiestan los ritmos internos (respiración, latido, emociones) en tu trabajo?

Para responder esta pregunta pienso en también un caso que tuve la semana pasada, una entrevista inicial con una joven y su cuidadora. A partir del relato y de lo observacional, doy cuenta de que se encuentran en un estado de emergencia psicosocial. Hay emergentes. Esto genera una sensación de pérdida de control. El padecimiento subjetivo está muy presente y en su relato aparece la necesidad de hacer algo para cambiar porque la situación se torna insostenible. Entonces, al haber tantos emergentes, excede los alcances de una disciplina, por lo cual yo le propongo encuadrar el abordaje en orientación a familia y promover enlaces con otros profesionales. Abordar en conjunto, de manera integral. Más, también me vi en la posibilidad de brindarle una experiencia musicoterapéutica para ver si podíamos generar, de esto estático, un movimiento. Poder deslizarnos, aunque sea un poquito, flexibilizar ahí toda esta vivencia que estaba sostenida ya hace mucho tiempo. Así es que, sencillamente, luego de conversar, les pregunté si querían hacer la experiencia. Ambas accedieron. Lo que les propuse inicialmente fue conectar con su propio cuerpo, luego juntando las manos, llevando las manos hacia su rostro, luego hacia el pecho y el abdomen, hacer un registro de su propio estado corporal, activar las áreas propioceptivas y luego vincular con los ritmos propios de cada una de ellas. Cada una a su ritmo. Así es que empezamos a medir los pulsos respiratorios, en inhalación y exhalación, acompañando una regulación de estos ritmos internos. Al finalizar la experiencia, las dos manifestaron sentirse mucho mejor.

¿Y la experiencia la realizaron en simultáneo o por separado? Esto de tomar conciencia de la respiración, de los pulsos…

Sí, estábamos en un encuentro online, una entrevista online para conocernos. Estaba la joven y su cuidadora y yo les coordiné la propuesta. Accedieron a la propuesta y también accedieron a que se sumen otros agentes de salud para mejorar toda la situación, que es re necesario.

Cuando hablas de emergencia psicosocial, ¿qué sería?

En la clínica, la urgencia es cuando hay un emergente que implica una atención instantánea, en el momento. Hay que responder de alguna forma. La idea es deslizarse de eso y salir de la urgencia. Y más en salud mental, muchas veces el estrés traumático o una sobreactivación de las respuestas simpáticas puede generar una fijación en el sistema en el cual no hay posibilidad de restauración. Entonces, hay un sistema que se sobrecarga y no se puede restaurar y no encuentra ese momento de relajación, de conexión consigo mismo, con el entorno. Parar la cabeza, eso nos pasa a todos. Hay un momento en que todo tiene que encontrar su justo equilibrio. Si no, se genera una hiperactividad, esto puede generar un estrés muy grande y desencadenar una emergencia. Eso como tantas otras cosas. Como una persona que de repente atravesó una situación crítica e hizo un corte en la cadena simbólica y entró a psicotizar y... Bueno, ok, ¿cómo acompañamos? La clínica y la urgencia en salud mental tienen sus particularidades, y eso implica un estado de presencia, escucha, conocimiento de las herramientas que uno tiene, de los alcances y las limitaciones. Y eso es lo importante, porque yo sé hasta dónde puedo llegar. Y sé que el mejor abordaje siempre va a ser integral, con otros colegas.

Nosotros te invitamos porque nos interesa tu forma de abordar la escucha y el sonido y de qué manera eso puede generar un cambio en las personas. Y estamos explorando prácticas y formas de encontrarnos con la escucha y las escuchas de las personas. Y nos interesaría saber si tenés alguna práctica que nosotros podamos aplicar en esta investigación que nos pueda servir o que pueda ser un disparador también para entender de otra manera lo que estamos haciendo.

Sí, en base a lo que hablamos podemos pensar la propuesta que le hice a esta consultante con su cuidadora, de conectarse con los propioceptivo, con lo propio de uno a partir del tacto inicialmente. Y eso es una clave que ya nos va guiando, trayendo lo que vos decías: la conexión con esos ritmos internos, el ritmo respiratorio y el ritmo cardíaco nos libera muchísimo de la sobrecarga que podemos llegar a tener y acarrear durante el día a día. Asimismo, esta sobreinformación que está continuamente gracias a los medios que usamos también, puedes llegar a aliviarse con esta práctica que uno puede hacer en unos minutitos, tomándose el momento, buscando un espacio para sentirse seguro. Buscar un espacio donde podamos decir “ok, está todo bien”, no solo decirlo, sino sentirlo. Y es internamente, mientras haya un ritmo cardíaco, un ritmo respiratorio, alojar ahí, partiendo de ahí, todo puede estar un poquito mejor.